08 agosto 2006

El desafío


Los dos caballos andaban a paso lento por las suaves lomas de la montaña, uno detrás de otro. Los vaqueros, en silencio, de vez en cuando miraban a lo lejos el paisaje rugoso que se extendía en todas direcciones. Silencio sólo roto por los cascos y algún que otro relincho de los animales. Empezaban a tener ya sed, después de andar tanto desde que habían sido montados mucho más abajo, al lado mismo de donde estaba el pequeño camión que los había llevado allí desde la carretera, apenas comenzada la mañana. Ahora el sol empezaba a adueñarse de ese mundo, y dejaba poco espacio al aire y a las sombras.
- Eh, oye, podíamos descansar un poco – dijo Jack – Los caballos están cansados. Y yo también.
Ennis se giró y le miró, y volvió la vista hacia adelante, hacia un grupo de árboles que ni siquiera formaban un pequeño bosque. Dirigió su caballo hacia allí.
Ambos bajaron de sus monturas, atando los animales en una gruesa rama baja, cerca de una corriente de agua, para que pudieran beber. Cogieron las bolsas donde llevaban los víveres para pasar el día, y se sentaron a la sombra de dos árboles, uno para cada uno, frente a frente.
- Pásame el whisky – dijo Jack mientras dejaba su sombrero sobre el saliente de una roca cercana.
- Lo tienes tú – le contestó el otro – Las cajas con las botellas las has abierto tú esta mañana.
- ¡Mierda! ¡Mierda! – el moreno ya había rebuscado lo suficiente - ¡Mierda! Ennis, te he dicho que las cogieras tú, que yo llevaría todas las latas. ¿O es que querías que cargara con todo? – y tiró la bolsa con fuerza, hasta caer en un estrepitoso entrechocar metálico al lado del de enfrente – ¿Ahora qué vamos a beber? ¿Agua como los malditos caballos? Para dos putas veces al año que nos escapamos, y vas y te dejas el puñetero whisky en la camioneta.
El otro apenas se inmutaba, aunque interiormente estaba maldiciéndose a sí mismo por aquel olvido. – Eh, que yo lo siento más que tú, no puedo dormir si antes no bebo más de media botella – se limitó a contestar sin apenas mover los labios, cansado.
- ¡Pues dime qué hostias vamos a hacer ahora! - y se levantó Jack de un salto, notando un gran dolor en el brazo que tenía destrozado de tanto rodeo. Se quedó de espaldas al otro, como mirando a las cumbres que tenía al frente. – Joder, Ennis, tenemos sólo esto, y ni siquiera podemos disfrutarlo como quisiéramos – su tono de voz se había calmado. El silencio volvía a reinar en aquel mundo. Sólo el leve viento entre las ramas de los árboles y el murmullo del agua servían de fondo.
Ennis le miró, volvió la cabeza de un lado a otro y finalmente se levantó. Fue andando hasta él y le abrazó por la cintura, apoyando su cabeza sobre el hombro derecho del otro. – Eh, vaquero, nos tenemos los dos, uno al otro. Y ni por todo el whisky del mundo cambiaba esto, Jack. – Una sonrisa se dibujaba en su boca. Le olió el cuello y empezó a tararear una melodía. - ¿Recuerdas?
Jack ya había cerrado los ojos. Y recordaba. Y se tenían el uno el otro. Siempre así.
- Hueles a whisky, Y yo quiero whisky. – Deshizo el abrazo y pasando el brazo sobre los hombros del otro, Ennis se puso frente a él. Se besaron.
- Pues si queremos whisky, tendremos que ganárnoslo. – Jack se soltó bruscamente, juguetón, y fue rápidamente hacia su caballo, desató las riendas y subiendo de un salto, lo hizo trotar hasta quedar a suficiente distancia, paró e hizo girar al caballo. Vio que Ennis le sonreía con la boca cerrada. – ¡Marica el que llegue el último! – Se limitó a sentenciar, y golpeó con los pies y las riendas al animal, que enfiló rápidamente el camino invisible de vuelta hacia la camioneta.

Ennis corriendo hizo lo mismo con el suyo. La carrera a través de aquel campo salvaje había comenzado.

Entonces en ese momento comienza a sonar “La fin de la visite”.

5 Comments:

Blogger Mar del Norte said...

Preciosos tus regalos... tanto que tocan el corazón y todo vuelve a empezar...

19 agosto, 2006 08:49  
Blogger Alas said...

Amo este escrito tuyo, qué lindas fotografías, qué maravillosa música...

Llegué de casualidad a tu espacio por un comentario tuyo en el blog de You, espero que no te moleste...

30 agosto, 2006 17:38  
Blogger pon said...

Y los caballos siguen a paso lento....

13 septiembre, 2006 09:27  
Blogger Ana desde el Sur del Mundo said...

Daba vueltas por allí e hice click, como sin querer... y me encuentro con tanta belleza...

Gracias..!

19 septiembre, 2006 23:26  
Blogger Ana said...

Hace unos meses que lo había leido pero lo he disfrutado hoy igual que ayer.
Los caballos a galope suenan todavía en mi mente.

20 octubre, 2006 09:54  

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